Carta a mi Madre

Autor: Alí Adolfo Castaneda. País: El Salvador. Imagen tomada de Internet.

Madrecita querida.

Hace tanto tiempo que no tengo el arrullo de tus palabras de amor y cariño, no veo tus ojazos negros viendo a su retoño, el “pajarito riega las flores” como me decías en nombre del gran amor que me tenías. No puedo aseverarlo, el alma de una madre es generosa y perdonadora, pero siempre sentí que yo era tu elegido, y no por ser tu primogénito, si no por unos lazos profundos desde antes de mi nacimiento.

Cuando cortaron el cordón umbilical no pudieron cortar esa inmensidad de afecto que siempre sentimos el uno por el otro, yo sabía cuándo no eras feliz con solo ver al espejo de tus ojos. Nunca proferiste ninguna queja y soslayabas con cariño tus dolores y quebrantos haciéndome sentir un niño en tu regazo, aunque ya fuera un hombre que te había hecho abuela. Ah, Madre querida, cómo quisiera que hubieses leído el talento heredado de ti en mis letras, habría sido el hombre más dichoso por escuchar tus comentarios sobre mis líneas de narrativa y poesía.

Y, sin embargo, no te has ido, la brisa suave y el rumor de hojas moviéndose en los árboles me traen tu voz, tus caricias amadas, tu tristeza que acallabas dando los abrazos de amor a tu hijo; qué dicha más inmensa saber que teníamos un lazo de afecto que nunca se rompió con tu partida física, guardo conmigo tus palabras y consejos como parte de mi bagaje espiritual. Esos tesoros partirán conmigo cuando te busque y nos reunamos en el paraíso donde debes estar, te diré como tantas veces te dije y repetí: Madre, te amo, hasta que brotaban lágrimas de tanta ternura.

No tengo nada material, solo tengo ese amor de madre que me entregaste a lo largo de tu vida. La muerte envidiosa pudo separarnos temporalmente y mientras yo viva estarás presente en mi existencia. Te veo en todos lados, en el cielo azul brillante, en los rayos de luna, en la inmensidad de estrellas y en el lucero de la mañana; cantas para mí el canto bello de las auroras, los pájaros me recuerdan que no te has ido. Hasta pronto Madre, el amor más puro que he tenido en mi vida.

Tu hijo, ILA.

NOTA DEL AUTOR:

En el Día de las Madres disparo esta misiva al Cielo para mi Madre, retumben los 21 cañonazos de Amor para ella y todos esos seres queridos que nos dejaron antes.

El Ciclo del Café: Desde el Campo Hasta mi Casa

Autor: Alí Adolfo Castaneda.  País: El Salvador.  Imágenes de Internet, crédito a sus Autores.

Cuando era niño cuestionaba todo, en especial lo que no entendía o no estaba muy claro. Pasé con nota de diez (sobresaliente) la etapa de mi niñez temprana, cuando casi todos los niños preguntábamos ¿Y por qué? a todas las cosas que nuestros allegados decían. Si hubiese estado en las escuelas filosóficas de Platón, Sófocles, Epicuro seguramente, o los habría deslumbrado o me hubieran expulsado sin tanto preámbulo en la primera sesión.

Gracias a Dios no nací en la época de la Santa Inquisición (que de santa no tenía nada al ser gobernada por curas ignorantes y rústicos), con toda seguridad mis cenizas hace tiempo se hubieran desvanecido en el viento, por intentar romper los dogmas o moldes que mantenían sujeta a la población analfabeta y crédula. Me van a disculpar, no quiero entrar en polémicas de corte religioso, más bien atribuyo mis pensamientos al enervante de la cafeína que bebo cada mañana sin faltar una.

Por ahí vi una fotografía bien armada del ciclo del café y como es algo que conocí de primera mano en mi niñez y adolescencia, también hice un par de collages donde se puede ver el ciclo vital desde que florece el arbusto con una blanca flor con aroma dulce (sirve para atraer insectos que la polinizan) hasta las madrugadas cuando en mi cocina preparo la cafetera, el agua y la porción de café que habrá de reanimar mi día. Es mi combustible nuclear que pido a Dios no acabe nunca.

En verdad, mi vida ha estado muy ligado al café. Además del trabajo arduo en la finca de mi abuela materna, y mi temprana afición por ese brebaje mágico, fui pesador de café durante ocho años en mi juventud. Cuando terminaba mi año escolar ya tenía un trabajo esperando por mí que, a decir verdad, pagaban muy bien. Con ese dinero ayudaba a mi madre y siempre daba el 50% de mi salario para gastos de la casa y compra de uniformes y útiles de mis hermanos menores.

Por ese trabajo eventual dejé actividades sanas, como el movimiento Scout, porque con ello ayudaba grandemente a la economía de mi grupo familiar. Dejé el equipo de fútbol que me perdonó la canastada de goles que dejé pasar como arquero y, sin embargo, salvo una puteada del Negro Guerrero (nuestro entrenador) y algunos de los compañeros mejor dotados para el deporte, todo era puro amor y paz en el equipo Unidad Once, del cual tengo gratos recuerdos y un récord de goles recibidos.

Volviendo al ciclo del café: desde que es una bella florecita, ese grano alguno vez fue conocido como “el grano de Oro” de El Salvador, y creo que de muchos países en América. Luego viene el cuido constante, se podan árboles de sombra antes de que florezcan los arbustos, se abonan las plantaciones, y se resiembra con plantas nuevas cuando llega la vejez de la planta. A mediados o finales de octubre comienza a madurar el café y a esa cosecha tempranera le llaman “prematura”.

Se abren los primeros recibideros, y el café se recibe “en consignación” para ver el rendimiento. ¿Qué es rendimiento? Hay tablas aceptadas que 500 libras de café uva (maduro) son equivalentes a 100 libras en café oro. Comienzan las primeras mediciones a favor o en contra del productor. Cuando el café es de calidad da un rendimiento excelente y posiblemente de 500 libras uva salen 110 o 120 libras en café oro. El excedente de las 100 libras es el rendimiento, ganancia del beneficiador.

El ciclo normal es: 500 libras uva se convierten en 200 libras de café pergamino y luego éstas se convierten en 100 libras de café oro, cuando el café sale totalmente limpio de cáscaras. Nuevamente interviene la calidad para que el beneficiador logre ganancias con el rendimiento. El café enteramente limpio y seco se exporta en su mayor parte y un poco queda aquí para consumo interno. Acá se tuesta y ahora se aromatiza (algo que me agrada), naciendo las mezclas que compro para beber.

Solo hacen falta unos pasos adicionales y este empedernido consumidor degusta cada día de cuatro a seis tazones de café, la mayor parte, por la mañana en el horario de cinco a nueve de la mañana. Así que ahora ya saben, amigos lectores, cuando algo parezca desentonar en mis escritos pueden afirmar: “se le subió la cafeína, quizás es mezcla de café verde con pepena o le metieron bajío por estricta altura”, otra condición de la cual depende tanto la calidad del café en general…

El Chamán

Créditos al Autor. Texto tomado de Pasaporte. Imágenes de Internet.

En las sociedades africanas, los Chamán constituyen un don precioso y la fuente más valiosa de ayuda.

Podemos resumir sus deberes de la siguiente forma: primero y más importante, actúan sobre las enfermedades y desgracias que, según la creencia de las sociedades africanas, son causadas por la mala voluntad y las malas artes de una persona contra otra, normalmente por medio de la brujería y de la magia negra.

Por lo tanto, el curandero tiene que descubrir la causa, encontrar al culpable, diagnosticar la naturaleza de la enfermedad, aplicar el tratamiento adecuado y proporcionar algún medio para prevenir nuevos infortunios.  

Al someter a tratamiento al paciente puede aplicarle masajes, usar encantamientos y puede también pedir al paciente que satisfaga algunos requisitos, como sacrificar un pollo o una cabra, observar ciertos tabúes; todo estos además de proporcionarle medicinas físicas.

NOTA DEL BLOG:

En mi libro Don Sebas y doña Malanga, hablo de los curanderos autóctonos de mi país, El Salvador. Las personas que se dedican a esto se convierten en médicos del área rural o zonas aisladas, donde normalmente no llega la medicina tradicional. No se deben confundir con los charlatanes, que ofrecen medicina natural que cura todos los males, dolencias y otras cosas.

Alí Castaneda.

En la Tumba del Poeta

Autor: Edgar Iván Hernández. Tomado de su muro en Facebook. Mayo Eterno.

ROQUE DALTON

Nosotros los que vivimos

en mundos virtuales de mayo

que vuelven y no pasan

este día visitamos la tumba

el mausoleo del poeta Roque Dalton

la que sólo los poetas malditos ocultan

y que nosotros los niños conocimos

volvemos a su tumba de lava y papel

regresamos a ella como bastardos

como sus hijos naturales

como sus hijos ilegítimos e indignos

y en su nicho de plomo

se conserva utópico y risueño

y en la pólvora de su poesía

se quema el universo

Oda a la Edad

Autor: Pablo Neruda. País: Chile. Imagen tomada de Internet, crédito al Autor.

Yo no creo en la edad.

Todos los viejos

llevan

en los ojos

un niño,

y los niños

a veces

nos observan

como ancianos profundos.

Mediremos

la vida

por metros o kilómetros

o meses?

Tanto desde que naces?

Cuánto

debes andar

hasta que

como todos

en vez de caminarla por encima

descansemos, debajo de la tierra?

Al hombre, a la mujer

que consumaron

acciones, bondad, fuerza,

cólera, amor, ternura,

a los que verdaderamente

vivos

florecieron

y en su naturaleza maduraron,

no acerquemos nosotros

la medida

del tiempo

que tal vez

es otra cosa, un manto

mineral, un ave

planetaria, una flor,

otra cosa tal vez,

pero no una medida.

Tiempo, metal

o pájaro, flor

de largo pecíolo,

extiéndete

a lo largo

de los hombres,

florécelos

y lávalos

con

agua

abierta

o con sol escondido.

Te proclamo

camino

y no mortaja,

escala

pura

con peldaños

de aire,

traje sinceramente

renovado

por longitudinales

primaveras.

Ahora,

tiempo, te enrollo,

te deposito en mi

caja silvestre

y me voy a pescar

con tu hilo largo

los peces de la aurora!

La Indiferencia También Mata

Autor: Alí Adolfo Castaneda.  País: El Salvador.  Imágenes tomadas de Internet, crédito a sus Autores.

Nunca pensé, aunque varias personas visionarias ya lo habían predicho, que llegaría el día en que las familias se fueran disgregando. Todo comenzó de la manera más inocente con la televisión…poco a poco se acabaron las tertulias familiares donde grandes y chicos contaban los acontecimientos del día sentados a la mesa o alrededor de sillones y sillas en una sala.

Entraron esos aparatos a las casas, se pusieron de moda, y pronto nadie hablaba de nada en el momento que esa caja comenzaba a dar su función. Inicialmente había horarios de transmisión con franjas separadas para niños, para todo público y seguidamente noticias y películas para adultos. Los chicos a dormir o hacer tareas y los grandes en profundo silencio a enterarse de lo que pasaba en el mundo.

Para los jóvenes quedaban las lecturas de enciclopedias, revistas, periódicos o los libros que sus padres guardaban y cuidaban con esmero, algunos de generación en generación. No se había perdido todo, pero era el aviso de lo que venía, o como decían en los cines, el Avant preview, o avances de las películas próximas a exhibir en las salas de cine y teatros. Todo diseñado comercialmente.

Durante algunos años, especialmente en El Salvador, las cosas se mantuvieron sin mayores cambios, pero aparecieron las primeras computadoras portátiles (que no eran tan portátiles) esbozando lo que un día serían las famosas laptop: delgadas, con discos potentes, cargadores para que su carga durara entre 4 a 8 horas sin estar conectada a la corriente alterna, y, sobre todo, livianas para cargar.

Comenzó la locura de las PC y laptop que eran muy poderosas, de gran capacidad y tenían más memoria que las computadoras que se tenían en uso como Mainframe en esa época. Y faltaban más avances, medios de almacenamiento masivo de datos realmente enormes en discos pequeños para desembocar en los teléfonos celulares que entraron arrolladoramente desplazando incluso a las computadoras de ayer.

Con el ingreso de la tecnología a los hogares se perdió la intimidad social con las que las familias interactuaban entre sí y ahora estamos viviendo con una generación de autómatas que viven, sueñan, se reproducen, y duermen con los teléfonos. Hasta los periódicos han perdido audiencia y ahora solo reproducen estupideces de los famosos y mediocres “Influencers” de nuestro medio. Cada vez logran atraer más personas que piensan y creen ser parte de un grupo numeroso de gente sin criterio propio y donde la amistad está basada en la cantidad de “Likes”.

En los hogares ya no hay conversaciones decentes, solo se comparten “Memes” o payasadas sin valor ni sustancia, las salas de las casas parecen salones Cybercafé donde no brotan palabras, solo exclamaciones. Ahora entiendo por qué los famosos reguetoneros con su música basura llenan las salas de espectáculos y poco a poco la expresión escrita va perdiendo su verdadero valor, y las palabras son balbuceos embrutecidos con sonidos guturales y palabras de apareamiento.

Solo le pido un enorme favor a los lectores: Si tienen la dicha de tener con vida a su Madrecita y la van a visitar en estas fechas especiales dedicadas para ellas, por favor, deje su celular en modo avión, o mejor aún, APÁGUELO para que esos minutos sean en realidad dedicados para sus Madres. Cuando salgan a la calle pueden encender de nuevo ese “influencer de su vida”, mímelo, ámelo, adórelo todo lo que usted quiera, pero el tiempo con sus Madrecitas debe ser de calidad.

A Las Madres

Autor: Alexander Bonilla Durán (QDEP).  País: Costa Rica. Imagen tomada de Internet, crédito a su Autor.

Por nuestra madre se vive; por nuestra madre se muere.  

Ellas representan lo más sagrado de la familia. La vida proviene de este Ser al igual que de la Madre Tierra. Si la herimos, nos estamos haciendo daño nosotros mismos, sus hijos.

Hoy el mundo se aleja de su madre; hoy los hijos no valoran a quien les dio la vida. Pero tarde en morir ella, para que broten lágrimas de dolor y remordimiento.  A la madre se le debe apreciar en vida.  Se le debe querer cuando aún nos sonríe y hasta nos regaña.  Ella siempre tendrá la razón porque actúa con amor.

Mi madre era joven y bella.  Ahora con el tiempo se le han arrugado sus manos, la frente y el pelo se le tornó plateado.  Pero para mí sigue siendo la mujer más bella y la amo hoy tanto como ayer.

A los hijos con los años se les olvida su madre, más una madre nunca alejará su mente y corazón al niño que siempre guardamos dentro de nosotros.  

Para ella seguimos siendo los bebés que amamantaron en sus años mozos, aunque también ahora al igual que ella tengamos canas. Por eso les duele cuando sienten alejarse a su retoño o ya no las besa ni se preocupa por ella.  

Que sufrimiento cuando se hace vieja y nadie la quiere cuidar, más bien la desean internar en algún asilo por ahí. ¡Qué dolor el de la madre que ve a un hijo en una cárcel o perdido en el vicio del alcohol o las drogas!  

Sus lágrimas son de sangre y en el silencio de la noche.

La madre se pierde en el pasado con el recuerdo de sus hijos.  

Todavía eran suyos y corrían a refugiarse en su pecho.  

Aún lloraban y enfermos pasaban la noche a su lado.  

Era el tiempo que los vivía y disfrutaba de su inocencia.

Para la mamá siempre tendremos las manitas pequeñas y estará dispuesta a enjugar los ojitos llorosos de sus hijitos.  Nuestra mamá siempre nos llevará en su pecho y recordará los movimientos que en su vientre provocábamos.

Nuestra mamá siempre nos defenderá, como el águila a sus polluelos, aunque hayamos cometido un crimen horrendo.  La mamá siempre será nuestra mamá.  Para ella siempre seremos sus hijos; no importa lo bueno o malos que hayamos sido.

Por todo… ¡Gracias, Mamá!  Perdona si no he sido el hijo que deseaste.  Pero te amo porque sos mi Mamá.  Gracias, madres de Costa Rica y del mundo.

Una Muerte Lenta

Créditos al Autor. Texto e imagen tomados del Muro de Miguel Castaneda.

Los pájaros están muertos dentro de su nido, estaban esperando a que la madre les traiga comida, pero la madre fue asesinada.

Así que cada vez que luchas contra alguien, también luchas contra sus hijos.

Algunos luchan batallas feroces y piensan que el perdedor es un individuo o una persona, pero el perdedor es mucho más de lo que se imaginaba.

Así que no seas la causa del dolor de nadie. No mates el sueño de otra persona solo porque no estés de acuerdo con sus ideas.

Tus palabras tienen poder, pueden traer vida o muerte.

En vez de desanimar a alguien, apóyalos con palabras alentadoras porque al final del día no pagarás sus cuentas.

No seas la razón del fin de los sueños de nadie…

Y si no puedes apoyar o tener buenas palabras, permanece en silencio.