Autor: Alexander Bonilla Durán. Costa Rica. Imágenes tomadas de Internet.
El árbol no sólo es parte de la biodiversidad. Tampoco sólo vive como secuestrador de carbono o para participar en el ciclo del agua. El árbol es más que eso. Es parte de la sociedad, de las normas, tradiciones y costumbres.
El árbol ha sido testigo mudo de guerras, de hechos históricos o del crecimiento de las personas. Incluso el árbol está asociado a situaciones religiosas como apariciones de la virgen o de santos. Por eso cuando cortamos un árbol centenario estamos cortando la memoria histórica de los pueblos.
La historia de la vida la tienes escrita los árboles en anillos que se forman en su corteza. Los máximos exponentes de la historia de la humanidad son las gigantescas sequoias, que han acumulado cientos y miles de años desde su nacimiento.
Estoy seguro que muchos de los que nos leen tienen una historia asociada a un árbol. Un recuerdo de amor o una vida paralela, que al cabo de los años al ver al árbol crecido como dice la canción nos hace mirarlo con respeto, nostalgia y pensamientos ocultos.
Las Tertulias de Alí Castaneda y amigos 